Comunidad
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«Recuerdo que fue en el año 2008 cuando conocí al maestro Tejeda, un excelente pintor, profesional, aparte de inventor, con dotes de escritor, intelectual y una gran capacidad de inspirar a cualquiera que hable con él o solamente lo escuche. Conocerlo y haber tenido la oportunidad de aprender de él fue muy importante en mi formación como artista. Gracias a su enseñanza he desarrollado proyectos con implicaciones sociales en las que otras personas han resultado beneficiadas y han cambiado sus vidas gracias a nuestras experiencias en prisión y lo que el arte significó en mi desarrollo humano».

Gerardo Ramírez

Alumno

«El maestro Paco es una persona súper respetada, sencillo y ocupado siempre en fomentar la lectura, el intercambio de ideas, la comunicación y la disertación de todo tipo de temas. En el taller nos motivaba a la reflexión, al aprendizaje de cosas nuevas, siempre atento a escuchar nuestros puntos de vista. Me gustaba mucho estar ahí por el ambiente filosófico, irreverente, crítico pero a la vez conciliador que reinaba. Siempre nos compartía sus técnicas, se esforzaba para que sus alumnos buscáramos la oportunidad de explorar en nuestro interior el arte que había en cada uno para plasmarla en imágenes, trazos, líneas, colores, y eso nos daba mucha fortaleza. Nos inspiraba a encontrar la libertad dentro de aquellas paredes de concreto, cambió nuestra perspectiva de la vida, su enseñanza nos llevó a la libertad.»

Luis Castelán

Alumno

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«El día en que por fin me acerqué al taller para conocer al maestro Tejeda, lo primero que miré al entrar fue su enorme espalda que cubría un enorme lienzo en el que trabajaba. En un momento de pausa y contemplación, el maestro se cruzó de brazos y preguntó mientras giraba su silla. ¿Y tú por qué quieres aprender pintura? Recuerdo con nostalgia ese espacio, extraño las clases improvisadas, la valiosa biblioteca, los círculos de lectura, el ambiente que brindaba un espacio de libertad dentro
de la reclusión. Extraño profundamente las pláticas de sobremesa donde el maestro nos daba de postre palabras que me alimentaban el alma.

En la pintura encontré no solo un medio para vivir económicamente si no una herramienta para salir de las adversidades emocionales y del consumo de drogas y de alcohol, acompañado del arte el viaje es placentero y sin resaca. Mi gratitud al maestro Tejeda Jaramillo es infinita, sus clases y convivir con él me cambió la vida, me inculcó valores que al día de hoy practico para tener una vida más llevadera.»

Israel Ocampo

Alumno

«Al maestro Tejeda le agradezco todo lo que sé respecto al arte y la pintura. Es una persona muy especial para mi, ha dejado una huella importantísima en mi vida. Aprecio todo el tiempo que dedicó a enseñarme y sobre todo su amistad en una etapa muy oscura de mi vida.»

Mario Guerrero

Alumno

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«Cuando llegué al taller del maestro Tejeda fue como encontrar un oasis en el reclusorio. Empecé como su ayudante a hacer bastidores, me gustó y me motivó y empecé a pintar. Estuve con el maestro casi 7 años y nos enseñó a valorar nuestra vida, a no lastimarnos por cualquier pelea. Era bien chido el maestro y a veces abusábamos de su paciencia porque cuando él estaba pintando y la banda haciendo ruido no nos decía nada, aunque en ocasiones sacaba su carácter. Nos hacía de desayunar y ahí comíamos todos, nos consentía. Ahora tengo un trabajo chido, ahora vivo de esto, he viajado, he hecho exposiciones y es bien bonito cuando te reconocen. Gracias a él cambié mi vida y tengo paz que es lo que vale.»

Alejandro Sandria

Alumno

«La vida y obra del maestro Francisco Tejeda Jaramillo es un recorrido por el inconsciente lleno de un discurso muy complejo, y a la vez una construcción de distintos escenarios que cada ser humano recorre en un andar a diario. El maestro pinta, crea, describe y reinventa en sus obras realistas un panorama nostálgico en la belleza mágica e insólita de atardeceres y ocasos perfectos. Es la vida del maestro tan llena de historias, de procesos complejos, de construcciones como su obra, que van desde la línea espontánea, los trazos, las texturas, donde se plasma el discurso tan psicológico como real de su forma de ver la vida y hacer arte.»

Armando Zamora

Pintor

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